Cuando se piensa en construir o reformar una vivienda, uno de los aspectos que con frecuencia pasa desapercibido es la accesibilidad. Sin embargo, garantizar que un espacio pueda ser utilizado por todas las personas, independientemente de su edad o condición física, no es solo una cuestión de normativas o una muestra de compromiso con la inclusión: Es una drástica mejora del confort y la funcionalidad a largo plazo.
En este artículo, te explicamos qué medidas mínimas exige la normativa y qué otras recomendaciones puedes tener en cuenta para lograr una vivienda realmente accesible.
¿Qué entendemos por vivienda accesible?
Una vivienda accesible es aquella que elimina barreras físicas y permite que cualquier persona pueda desplazarse, utilizar y disfrutar del espacio con seguridad y autonomía. Esto incluye no solo a personas con movilidad reducida o discapacidad, sino también a personas mayores, niños o incluso quienes se recuperan de una lesión.
Más allá de las rampas o los ascensores, la accesibilidad abarca el diseño integral de la vivienda: desde el ancho de las puertas hasta la altura de los interruptores.
Normativa en Asturias: ¿qué exige la ley?
En el Principado de Asturias, la accesibilidad en viviendas está regulada tanto por el Código Técnico de la Edificación (CTE) como por la Ley del Principado de Asturias 5/1995 de promoción de la accesibilidad desarrollada en el Decreto 37/2003, por el que se aprueba el Reglamento de la Ley del Principado de Asturias 5/1995 de promoción de la accesibilidad y supresión de barreras, en el ámbito urbanístico y arquitectónico. Esta normativa autonómica establece condiciones mínimas que, en algunos aspectos, son incluso más estrictas que las nacionales.
Estas normas citadas regulan las características que deben cumplir las viviendas para ser accesibles y las que deben cumplir los espacios comunes para ese mismo fin. Dado que no es obligatorio que todas las viviendas que se construyen sean accesibles, existe una tercera norma, que regula la habitabilidad en general, en la que se contemplan medidas que sí son de aplicación a todas las viviendas y que, sin conseguir una completa accesibilidad, sí garantiza una fácil adaptación en caso de necesidad: Decreto 73/2018, de 5 de diciembre, por el que se aprueban las normas de habitabilidad en viviendas y edificios destinados a viviendas en el Principado de Asturias.
En el caso de las viviendas de nueva construcción o reformas integrales, algunas de las medidas clave son:
- Puertas con un paso libre mínimo de 80 cm y 2 m de altura. Si la puerta es de doble hoja, una de ellas deberá de cumplir estos requisitos.
- Pasillos afectados por puertas permitirán inscribir un círculo de 1,50 m, con estrechamientos puntuales de 1,20 m. Pasillos no afectados por puertas el ancho libre será de 1,20 m con estrechamientos de 1 metro.
- La cocina presentará una franja de paso de 0,90 m como mínimo con una dotación de módulos a instalar especificados en el Decreto 37/2003, en la que se podrá inscribir un círculo libre de obstáculos de diámetro 1,20 m
- Dormitorios, con un paso libre de 0,80 m entre la cama y la pared o hueco destinado al armario libre de amueblamiento para el paso hacia la ventana.
- Espacios de giro de 1,50 m de diámetro en estancias como baños o salones.
- Mecanismos de control (como interruptores o timbres) de palanca o de presión situados entre 90 y 120 cm desde el suelo.
- Baños adaptables con espacio suficiente para permitir el uso por personas en silla de ruedas.
Estas condiciones buscan garantizar que cualquier persona, con o sin discapacidad, pueda desplazarse y utilizar la vivienda con plena autonomía. Además, es importante revisar posibles ordenanzas municipales que puedan ampliar o detallar aún más estos requisitos.
Recomendaciones para una accesibilidad real y cómoda
Aún en los casos en los que no es imprescindible que una vivienda sea completamente accesible, es una notable mejora aplicar criterios de accesibilidad ya que hacen más cómoda y confortable la vivienda para todos sus usuarios en cualquier momento y circunstancia de la vida. Algunas recomendaciones que pueden marcar la diferencia son:
- Eliminar escalones o desniveles innecesarios entre estancias, sustituyéndolos por soluciones enrasadas o rampas suaves.
- Utilizar puertas correderas en baños o cocinas para facilitar el paso y aprovechar mejor el espacio.
- Instalar grifería de palanca o con sensores para mayor facilidad de uso.
- Apostar por suelos antideslizantes, especialmente en zonas húmedas.
- Garantizar una buena iluminación natural y artificial, evitando sombras o deslumbramientos que dificulten la orientación.
Estas decisiones no solo favorecen a personas con movilidad reducida, sino que también mejoran el confort de toda la familia.
Diseñar para hoy… y para mañana
Una vivienda accesible es, sobre todo, una vivienda preparada para el futuro. No hace falta tener una necesidad inmediata para apostar por este tipo de diseño. Envejecimiento, accidentes o cambios familiares pueden hacer que lo que hoy parece innecesario, mañana se vuelva imprescindible.
Además, este enfoque tiene un valor añadido: una vivienda accesible es más funcional, más segura y más fácil de adaptar a nuevas necesidades, lo que puede aumentar su valor en el mercado inmobiliario.
¿Estás valorando la accesibilidad en tu proyecto?
Si estás pensando en construir o reformar tu vivienda, asesorarte desde el principio es clave para integrar soluciones accesibles sin que ello suponga un sobrecoste ni afecte al diseño. En Astorga y García te ayudamos a planificar tu proyecto con visión de futuro, cumpliendo con la normativa y adaptándolo a tus necesidades reales.
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